MI HISTORIA
Desde que tengo memoria mi máxima ha sido pintar, con los años he ido desarrollando y explorando de manera proactiva diferentes técnicas y soportes para llegar a una nueva forma disruptiva de crear. Dirijo la base de mi práctica a explorar, investigando nuevos lenguajes con las máximas posibilidades que me ofrece este medio; la pintura.
Considero que la piel es un soporte más donde no hay límites, al igual que sucede en la pintura, donde todo es posible y lo único que me condiciona es la idea que cada cliente me ofrece. Por ello pretendo crear diseños exclusivos, pero más que nada lo veo como al pintar en la piel. Y es aquí donde el arte se funde con el tatuaje.
Cuando trabajo en un cuadro a veces dejo una cicatriz, una quemadura. Cuando tatúo, de la misma forma aparece una cicatriz o herida en cada persona. La única diferencia es eso: «una herida que paradójicamente contiene belleza”.